Por: Ethel Vallecillo (Periodista)
(Este es un ensayo elaborado en el marco del Seminario para Periodistas sobre Movilidad Humana y Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte)
Tegucigalpa M.D.C 27 abril del 2017
El concepto de movilidad humana se refiere a las actividades que cualquier persona, familia o grupo humano experimenta para establecerse temporal o permanentemente en un sitio diferente a aquel en donde ha nacido o vivido. Esta definición toma en cuenta a personas emigrantes, inmigrantes, solicitantes de refugio, refugiadas, asiladas, apátridas, migrantes y desplazadas internas, víctimas de trata y tráfico de personas y sus familias, entre otras. La migración es un hecho social que hace referencia a los diferentes movimientos de las personas de un lugar a otro y conlleva un cambio de una delimitación administrativa y/o política.
Siendo así, la migración puede darse dentro de un país o fuera de él y tiene ciertas especificidades que la diferencian de otras formas de movilidad humana como el refugio y el desplazamiento forzado.
Según la Relatoría Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre los Derechos Humanos de los migrantes, en virtud de lo expuesto, se puede considerar como migrante a: La persona que está fuera del territorio del Estado de su nacionalidad o ciudadanía y no sujeto a su protección jurídica y se encuentre en el territorio de otro Estado. Que no disfrute del reconocimiento jurídico general de derechos inherentes al otorgamiento de la condición de refugiado, residente permanente, naturalizado u otra análoga por parte del Estado de acogida, y que tampoco disfrute de una protección jurídica general de sus derechos fundamentales en virtud de acuerdos diplomáticos, visados u otros acuerdos.
El término de emigración se utiliza para dar cuenta a la salida de personas de su lugar de residencia y se habla de inmigración para referirse a la acción de ingreso de las personas a un nuevo lugar de destino. Se considera parte de la movilidad humana también el asilo político que según Rodrigo Borja (Enciclopedia de la Política, 2012) es la protección o amparo que, en determinadas circunstancias y bajo condiciones dadas, se otorga en el territorio de un Estado o en sus sedes diplomáticas acreditadas en el exterior a las personas perseguidas por sus ideas políticas, sus convicciones religiosas, sus condiciones étnicas o la comisión de delitos políticos.
La Apátrida también considerada movilidad humana, es cuando una persona poseía la nacionalidad de un Estado que ha desaparecido, no creándose en su lugar ningún Estado sucesor, o cuando ha perdido la nacionalidad por decisión gubernamental. También puede ser alguien que pertenece a una población étnica o de otra índole a la cual el gobierno del Estado donde ha nacido le deniega el derecho a la nacionalidad o ha nacido en territorios disputados por más de un país: por ejemplo, los beduinos, así como también una combinación de los dos motivos: por ejemplo, los kurdos, viven entre varios Estados y ambos les niegan la nacionalidad propia.
El término puede hacer también referencia a quien renuncia voluntariamente de su nacionalidad, también llamado apátrida. El derecho a buscar asilo y a disfrutar de él es reconocido internacionalmente por los derechos humanos y reviste una importancia primordial para la protección de los refugiados. Refugiado es aquella persona que con fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país.
Mientras que el desplazamiento interno es cuando el individuo o grupos de personas se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular como resultado o para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida.
Dentro del término de movilidad humana la definición que tiene mayor impacto en Honduras es la migración, que en su mayoría es dirigida hacia el extranjero, específicamente a los Estados Unidos y en menor escala a España y Canadá. Un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), publicado en el diario de esta institución, Presencia Universitaria (Katherine Ramírez 20 de Enero del 2015), indica que la migración es una de las tres variables demográficas fundamentales en la dinámica de la población hondureña.
“En Honduras, la tendencia es hacia la emigración y ocurre principalmente desde los años noventa, aunque se visibilizó después de la ocurrencia del huracán Mitch en 1998. Sin embargo desde la última década hasta la actualidad las cifras de hondureños en el exterior y principalmente en EUA aumentan cada año”, continúa el documento denominado “Migración de Honduras al Exterior”.
Respecto a la deportación de migrantes hondureños, las estadísticas obtenidas del Centro Nacional de Información del Sector Social de Honduras (CENISS), revelan que en 2013 aumentó en más de un 400% con 32,661 personas comparada con 2009 cuando fueron deportadas 2,787 personas. Además indica el texto que durante 2014 incrementó un 89% con 36,719 personas contabilizadas hasta septiembre de 2014 respecto a cifras de 2013.
Según el informe del Gobierno de la República “Informe estadístico de las personas repatriadas/retornadas a Honduras” con datos del CENISS, durante 2014 los municipios con mayor migración de hondureños a Estados Unidos eran Francisco Morazán Distrito Central con un 2,601 para un 20.1%; Cortés, San Pedro Sula, 2,324 17.9%; Atlántida, La Ceiba, 1,304 para un 10.1% y Olancho, Catacamas con 1,178 9.1%, entre otros. El CENISS indicó que la migración “está afectando principalmente a las niñas y niños de nuestro país, el fenómeno se ha incrementado a partir del 2014 en un 70%, en comparación con el año 2013, teniendo 2,700 niños y niñas migrantes No acompañados y 240 unidades familiares”. De acuerdo con el informe del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR), desde el 2000 y hasta el año anterior (2014), el gobierno de Estados Unidos ha deportado a 658, 884 mil hondureños por las vías terrestre 277,319 y aérea 381,565.
En nuestro país son muy pocas las organizaciones que trabajan para mejorar las condiciones de vida de los migrantes retornados, siendo una de ellas el CAMR, que funciona mediante donaciones de cooperantes y voluntarios.
El gobierno de Honduras carece de programas para la reinserción de estos compatriotas en el sector laboral y en la sociedad, quienes sumado la presión demográfica, la elevada pobreza; y factores coyunturales como las crisis económicas, efectos de desastres naturales, la proliferación de grupos de asociación ilícita, narcotráfico, crimen organizado, crisis política y flujos de remesas, entre otros vuelven a emprender el camino del llamado sueño americano.
Tal parece que la actual preocupación del gobierno es la baja del ingreso económico en el país proveniente de las remesas y la llegada de presuntos delincuentes y miembros de maras al país, para quienes ya dispone de una cárcel, como lo indica una publicación hecha por diario La Tribuna (20 de abril del 2017).
En su ruta a los Estados Unidos los migrantes se enfrentan a todo tipo de violaciones de sus derechos, como ser la trata de personas, sufren engaños, secuestros, mutilaciones y hasta algunos encuentran la muerte.
Recientemente según un informe divulgado en el diario digital mexicano Cronica.com (Daniel Madrigal 26 de abril del 2017), muchos migrantes centroamericanos están siendo capturados por grupos criminales para obligarlos a comercializar drogas a cambio de pagar su viaje o entrada a los Estados Unidos. Una vez establecidos en el país de destino los inmigrantes se enfrentan a varios problemas como lo son la explotación laboral, amenazas por la falta de documentos legales necesarios para su estadía en el territorio extranjero entre otras violaciones a sus derechos, en estos lugares difícilmente las naciones de donde son originarios prestan una ayuda eficaz para resolver sus situaciones.
Con respecto a la situación de refugiados en Centroamérica, según un informe de la agencia internacional de noticias EFE (20 de junio del 2015), en el año 2015 se acogió a unos 8.260 refugiados en sus fronteras, casi la mitad colombianos (4.102), de acuerdo con fuentes oficiales y de la ONU. Costa Rica se constituyó como el país de refugio por excelencia, durante las guerras civiles de los 80 en Guatemala, Nicaragua y El Salvador, y en el 2015 acogió a 5.531 refugiados, la mayoría colombianos. De Colombia había en esa época, refugiados 2.164, Cuba con 368, El Salvador 160, Venezuela 139, Honduras 53 y Guatemala 21, según datos de la Dirección de Migración y Extranjería.
En los últimos años se ha dado un incremento de solicitudes de refugio por inseguridad ciudadana, como de Venezuela, de donde mientras en 2013 se registraron 27 peticiones, en 2014 se disparó a 131. También de los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador). En lo que va de 2015, de salvadoreños se han recibido 232 solicitudes, mientras que en el año 2014 se presentaron de Honduras 83 y de Guatemala.
En los años 80 Costa Rica llegó a dar refugio a cientos de miles, especialmente nicaragüenses, que en 1990 retornaron masivamente con apoyo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), aunque muchos se radicaron en el país. Le sigue Panamá, donde en el 2015 hubieron 2.271 personas con condición de refugiado, de las cuales el 85 % (1.930) proceden de Colombia, según dijo Acnur.
“Debido a la posición geográfica de Panamá, este constituye un lugar de paso para miles de personas, muchas de las cuales necesitan protección internacional”, afirmó en ese entonces el representante regional de Acnur para Centroamérica, Cuba y México, Fernando Protti. Aunque el 85 % de los refugiados que viven en Panamá son colombianos que han huido del crimen organizado y de los conflictos armados, en los últimos años “se ha identificado un incremento en las solicitudes provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica”, apuntó Protti. También hay refugiados de África, Cuba y Asia, añadió el representante del organismo. Nicaragua acoge actualmente a 297 refugiados, según cifras del gobierno sandinista, que no precisó las nacionalidades.
El último informe de Acnur indica que en 2014 había 223 extranjeros con esa condición migratoria y otros 657 esperando una respuesta a una solicitud en ese sentido. De los 99 refugiados que hay en Guatemala, de acuerdo a datos oficiales, el 55 % son de origen salvadoreño. Así lo explicó a Efe el portavoz de la Dirección General de Migración, Fernando Lucero, quien detalló que, de los restantes, el 20 % son hondureños, el 8% son colombianos, el 7%, cubanos y el restante, un 10 %, está sin identificar.
La cantidad de salvadoreños y hondureños que llegan a Guatemala solicitando estatus de refugiados se ha incrementado este año “en un 100 %” en comparación a 2014, informó un experto en el tema. El secretario de la Comisión Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Juan Luis Carbajal, aseguró en declaraciones a Efe que en 2014 llegaron alrededor de 200 solicitudes de refugiados de dichos países centroamericanos y que la cifra se ha duplicado en lo que va de 2015.
Las principales causas son, en este orden, la extorsión de pandilleros, la discriminación por orientación sexual y la violencia intrafamiliar. Acnur en su informe de 2014 indica que en El Salvador hay 39 refugiados, mientras portavoces de Inmigración y Extranjería dijeron a Efe que en ese año hubieron “entre 10 y 20” y un número no precisado de solicitudes en proceso de evaluación. Mientras tanto, las autoridades en Honduras dijeron que actualmente no hay refugiados en ese país, mientras la institución de la ONU señaló que el año pasado había 23.
En el mundo según este informe hay 59,5 millones de personas que han sido obligadas a salir de sus hogares para proteger sus vidas y las de sus familias. De ellas, 3 millones son niños, de acuerdo con Acnur. La situación de los migrantes y refugiados en la actualidad se va agudizando y en mi opinión para solventar la situación es necesario el cumplimiento de los derechos humanos, y que los gobiernos verdaderamente se involucren y establezcan mejores oportunidades y condiciones de vida en la población, es decir que las personas en su derecho a no emigrar, han de encontrar todas las condiciones para gozar de una vida digna, pacífica y segura en sus lugares de origen. Así como también es necesario que los gobiernos velen por el respeto al derecho de migración, pero estas deben hacerse de forma regulada, segura y planificada.
Referencias Naciones Unidas, Relatoría Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre los Derechos Humanos de los Migrantes véase. aspx Borja, Rodrigo, Enciclopedia de la política.
Tomo I. A – G, Tomo II. H – Z/Rodrigo Borja—4ª ed. – – México : FCE, 2012. Presencia Universitaria (Katherine Ramírez 20 de Enero del 2015), véase
La Tribuna (20 de abril del 2017), véase Diario Cronica.com (Daniel Madrigal 26 de abril del 2017), véase
Agencia internacional de noticias EFE (20 de junio del 2015), véase
Comentarios para desarrollar una nota de prensa Con la información obtenida en el seminario impartido por el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH), y la recabada en este ensayo, puedo decir que los medios de comunicación en el tema de la Movilidad Humana tienen un papel importante en el manejo de la información sobre los derechos humanos que cada individuo posee. En la nota de prensa se debe exponer claramente el significado o definición de la Movilidad Humana, así como datos estadísticos, antecedentes e historia. A la vez se debe promover el respeto de los emigrantes, inmigrantes, refugiados, y todos aquellos que forman parte de la movilidad humana, evitando su criminalización. Informar sobre el debido acompañamiento que se les debe dar a los familiares de migrantes privados de libertad en otros países, en gestiones ante el gobierno hondureño para que se les logre garantizar el derecho al debido proceso y el acompañamiento de un abogado del servicio consular hondureño.
Otro aspecto que puede contemplar una nota de prensa puede ser la orientación de los familiares de migrantes desaparecidos o fallecidos en la ruta migratoria en la búsqueda de la verdad y justicia de sus casos, especificándoles a que instituciones abocarse para ello. Resaltar las obligaciones internacionales contenidas en tratados, convenciones y protocolos, en respeto a los derechos al acceso al territorio, la no sanción por entrada irregular de refugiados, la no devolución, para garantizar la protección internacional. Prevenir y denunciar cualquier forma de trata de personas en la ruta migratoria, sobre todo, para garantizar el acompañamiento, restauración y sanación de las personas, víctimas y sobrevivientes. Recordar que las personas tienen derecho a migrar, cuando de salvar la vida se trata. Los medios de comunicación pueden incentivar y promover a las organizaciones internacionales y nacionales para que suman esfuerzos en la garantía de la prevención de desplazamientos forzados, la ayuda humanitaria, la asesoría jurídica, y marcos legales integrales.